Libro de la Sabiduría 1,1-7.
Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen rectamente acerca del Señor y búsquenlo con sencillez de corazón.Porque él se deja encontrar por los que no lo tientan, y se manifiesta a los que no desconfían de él.Los pensamientos tortuosos apartan de Dios, y el Poder puesto a prueba, confunde a los insensatos.La Sabiduría no entra en un alma que hace el mal ni habita en un cuerpo sometido al pecado.Porque el santo espíritu, el educador, huye de la falsedad, se aparta de los razonamientos insensatos, y se siente rechazado cuando sobreviene la injusticia.La Sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo las palabras del blasfemo, porque Dios es el testigo de sus sentimientos, el observador veraz de su corazón, y escucha todo lo que dice su lengua.Porque el espíritu del Señor llena la tierra, y él, que mantiene unidas todas las cosas, sabe todo lo que se dice.
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