Señor, si golpeas a mi puerta y no te atiendo,
insiste por favor. Porque ¿sabes qué?
Necesito de vos.
Es verdad, a veces no comprendo
el porqué de las cosas y me ahogo,
como quien diría, en un vaso de agua.
Por eso te ruego Señor, que insistas.
Para no quedarme sin vos, sin tu compañia
y sentirme así, protegida. Amen.
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