lunes, 22 de abril de 2019

CON SABOR A COSAS BUENAS

Carcel, la marca de ropa que capacita a mujeres en prisión y las empodera

Cada prenda de la marca Carcel busca resolver problemas en lugar de generarlos, a través de salarios justos para llevar a cabo diseños originales con material local y de fuentes sustentables.
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a diseñadora de moda Verónica D’Souza, impulsora del proyecto, cree que la dignidad, no la caridad, es la forma de sacar a la gente de la pobreza. Es por eso que fundó Carcel, un emprendimiento que no está configurado como una obra de caridad, sino como un negocio social. La creadora relata que la idea surgió luego de un viaje por Nairobi en el 2014 donde visitó una cárcel de mujeres.
Esta conocida marca de moda en boga con sede en Copenhague, Dinamarca, tiene como objetivo romper la espiral de la pobreza mediante la contratación de mujeres en prisiones para hacer su ropa.
Su primera colección estuvo compuesta por una gama de prendas de vestir simples pero a la vez chic, confeccionadas con lana peruana de alpaca y completamente realizadas por mujeres recluidas en la cárcel de Cusco, en los Andes Peruanos. Un lugar en el que los materiales y las puntadas de la más alta calidad se juntan con las más altas tasas de encarcelamiento femenino.
Perú justamente tiene una larga tradición en prendas de punto y de alpaca. Lo que busca Carcel es ponerle valor a la experiencia de estas mujeres y a la misma vez valorizar el tiempo, de otro modo perdido, para realizar trabajos remunerados y que las mujeres en prisión puedan mantenerse a sí mismas y a sus hijos.
Esto significa que pueden cubrir sus costos básicos de vida, enviar a sus hijos a la escuela y ahorrar para comenzar de vuelta, libres de deudas.
En el proceso de manufacturación no se utilizan productos químicos para procesar el material y se necesita muy poca agua y tintura, ya que es una fibra natural y completamente biodegradable.
Los fondos que Carcel recibe de los clientes se dividen en tres áreas: inversión de impacto social, costos unitarios de producción y desarrollo de negocios.
Carcel tiene una asociación oficial con el Sistema Nacional de Prisiones en Perú, y dentro de cada producto, encontrarás el nombre de las mujeres que lo hicieron.
En Cusco, las internas de Carcel son entrenadas por tejedores experimentados hasta que han desarrollado las habilidades vocacionales para trabajar un turno de cinco horas, cinco días a la semana. Las mujeres ganan salarios en efectivo que en Perú equivalen al salario mínimo nacional.
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Su primera colección creada por las mujeres en Cusco fue un éxito de modo que la fundadora Verónica D’Souza y la directora creativa Louise van Hauen fueron más lejos hasta continuar sus producciones dentro de la Institución Correccional de Mujeres de Chiang Mai en Tailandia.
“Hemos iniciado Carcel para crear un impacto positivo en el mundo a través del empleo justo y los salarios para las mujeres en prisión, utilizando sólo los mejores materiales naturales y haciendo diseños de calidad que perduren”, dice el sitio web oficial.
“Creemos que el empoderamiento viene a través de la capacitación, nuevas habilidades, poder apoyar a su familia, ahorrar para un futuro libre de penas y, finalmente, romper con el ciclo de la pobreza”.

Fuente: Buenas Noticias
Fuente Foto: Impakter, Vogue.

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