MUJER, ¡QUE GRANDE ES TU FE!

HOY, VIERNES SANTO, SE HIZO EL RETIRO ESPIRITUAL ECUMÉNICO RADIAL, TRANSMITIDO POR RADIO AMANECER, DESDE EL SALÓN LUTERANO, EN LA CIUDAD DE ROMANG.
Junto con Ma. del Rosario Obelli, Rosita Geimonat, Julieta Arpón (cantante) y yo Alba, preparamos el momento de reflexión sobre la mujer y la fe.
Nos basamos en el Evangelio según San Mateo 15: 21-28

 Jesús partió de Genesaret y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: “¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Pero Él no le respondió nada.
Sus discípulos se acercaron y le pidieron: “Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos”.
Jesús respondió: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”.
Pero la mujer fue a postrarse ante Él y le dijo: “¡Señor, socórreme!”
Jesús le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros”.
Ella respondió: “¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!”
Entonces Jesús le dijo: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!” Y en ese momento su hija quedó sana.
Palabra del Señor.

MUJER, ¡QUE GRANDE ES TU FE!

Pasando y repasando la pasión de Cristo, vemos como María, su madre, está junto a los discípulos y apóstoles afrontando las mismas luces e incertidumbres, abierta a la acción del Espíritu.

Trasladando estas situaciones al día de hoy vemos como la mujer, a pesar de convivir con la violencia, maltrato, ya sea en su hogar como en su trabajo, entre la sociedad toda, ella avanza. y a veces lo hace sin darse cuenta que esa fuerza, que ni ella misma sabe de donde sale eso que la empuja cuando está decaída, eso que la mueve y conmueve , a pesar de los imponderables, es la FE.

Esa Fe que tuvo la cananea, ese creer en los milagros de Jesús.

MUJERES, seamos como María y la cananea.

María, que con su silencio venció al triunfo, la cananea que por su Fe salvó a su hija. y escuchemos a Jesús decirnos: ¡Mujer, que grande es tu fe!